El ácido fólico y el folato son suplementos fundamentales durante la búsqueda del embarazo y la gestación. Aunque son similares en muchos aspectos, no son lo mismo. En este artículo, exploraremos la diferencia entre estos dos nutrientes y su importancia para la salud del bebé en desarrollo.
¿Qué son el Ácido Fólico y el Folato?
El ácido fólico y el folato son dos formas de una vitamina B soluble en agua, conocida como vitamina B9. Estos dos compuestos son esenciales para el desarrollo temprano del feto, especialmente en la formación del tubo neural. Sin embargo, es crucial comprender que aunque son similares en función, difieren en cómo se obtienen y procesan en el cuerpo.
El Ácido Fólico
El ácido fólico es la forma sintética de la vitamina B9. Esta es la forma que generalmente se encuentra en los suplementos alimenticios y en los alimentos fortificados. Es altamente absorbible y se utiliza comúnmente para prevenir defectos del tubo neural en los bebés en desarrollo.
El Folato
El folato es la forma natural de la vitamina B9 que se encuentra en los alimentos. Los alimentos ricos en folato incluyen vegetales de hojas verdes, legumbres y cítricos. El folato que obtenemos de nuestra dieta no es biológicamente activo en su forma original. El cuerpo debe convertirlo en una forma activa, llamada folato activo o 5-metiltetrahidrofolato, antes de que pueda ser utilizado para funciones vitales.
Importancia del Ácido Fólico y el Folato Durante el Embarazo
Ambos el ácido fólico y el folato son cruciales durante la gestación, ya que desempeñan un papel fundamental en la formación del tubo neural del feto. El tubo neural es la estructura embrionaria que da origen al cerebro, la médula espinal y la columna vertebral del bebé. Este proceso comienza alrededor de la sexta semana de gestación, por lo que es esencial que las futuras madres reciban suficiente ácido fólico o folato en las etapas tempranas del embarazo.
Cuando la madre consume suficiente ácido fólico o folato, ayuda a prevenir defectos del tubo neural en el bebé. Estos defectos pueden tener consecuencias graves para la salud del niño, incluyendo discapacidades neurológicas graves.
¿Por Qué no Son lo Mismo?
Aunque el ácido fólico y el folato son fundamentales, no son intercambiables en todos los casos. La principal diferencia radica en cómo se procesan en el cuerpo.
El ácido fólico es altamente biodisponible y se convierte rápidamente en una forma activa que el cuerpo puede utilizar. Esto lo hace especialmente útil en suplementos alimenticios y alimentos fortificados. Sin embargo, algunas personas tienen dificultades para metabolizar el ácido fólico sintético debido a variaciones genéticas, como la mutación del gen MTHFR.
El folato, por otro lado, es la forma natural que se encuentra en los alimentos. Para que el cuerpo lo utilice, debe convertirse en folato activo en un proceso que requiere la acción de varias enzimas. Algunas personas pueden tener dificultades para realizar esta conversión de manera eficiente.
¿Cuánto se Debe Tomar?
La cantidad recomendada de ácido fólico o folato durante el embarazo varía según la situación de cada mujer. Aquí hay algunas pautas generales:
- En mujeres sin antecedentes de hijos con defectos del tubo neural: Se recomienda tomar al menos 0,4 miligramos (mg) de ácido fólico por día.
- En mujeres con antecedentes de hijos con defectos del tubo neural: Se recomienda un mayor nivel de suplementación, generalmente 4 mg por día.
Es esencial comenzar a tomar ácido fólico o aumentar la ingesta de alimentos ricos en folato al menos un mes antes de la concepción y continuar durante al menos tres meses después de la fecundación. Esto asegura que el feto reciba la cantidad adecuada de este nutriente crucial durante las etapas críticas de desarrollo.
Conclusión
El ácido fólico y el folato son suplementos esenciales para las mujeres que están buscando quedar embarazadas o que ya lo están. Asegurarse de recibir la cantidad adecuada de estos nutrientes puede prevenir defectos del tubo neural y promover un desarrollo saludable del bebé. Siempre es aconsejable hablar con un profesional de la salud, como una matrona o un ginecólogo, antes de comenzar cualquier suplementación para recibir orientación personalizada.
Una dieta equilibrada y variada que incluya alimentos ricos en folato, junto con la suplementación si es necesario, puede contribuir a un embarazo saludable y al bienestar de tu futuro hijo. No escatimes en cuidados durante esta etapa vital de la vida.
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