La toxoplasmosis es una enfermedad que puede ser causada por un parásito llamado toxoplasma gondii. Si se contrae durante la edad adulta, no tiene mucha repercusión y se puede pasar sin darnos cuenta. Sin embargo, los bebés no corren la misma suerte al estar dentro del útero materno y pueden sufrir complicaciones graves.
Por eso, es importante que durante el embarazo se realicen todas las analíticas y se pidan los anticuerpos contra este parásito. La toxoplasmosis se puede contraer a través del agua en mal estado, alimentos contaminados como carne o leche no pasteurizada, frutas y verduras contaminadas, así como heces de gato.
Para prevenir la toxoplasmosis, es importante tomar algunas recomendaciones en cuenta. Por ejemplo, es recomendable no consumir carne cruda o poco cocida y cocinar las carnes a una temperatura mínima de 70º-75º para que el parásito muera. Es especialmente importante evitar los embutidos como el jamón serrano, ya que en la mayoría de los casos no cumple con los dos años de curación.
También es importante lavar bien las frutas y verduras antes de manipularlas, separar la carne de las frutas y verduras al guardarlos en el frigorífico y evitar el contacto con boca y ojos después de manipularlas. Además, se recomienda no consumir productos lácteos no pasteurizados y, en caso de ser necesario, congelar la comida a una temperatura de -15º durante 3 días o a -20º durante 2 días.
Es importante realizar el lavado de manos con agua y jabón antes y después de manipular alimentos y consumir agua embotellada en lugar de agua procedente de fuentes o grifos. Además, se debe evitar el contacto con las heces de gato, especialmente con el arenero.
Recuerda
Es recomendable consultar con una matrona u obstetra si se presentan síntomas gripales durante el embarazo para descartar la posibilidad de toxoplasmosis. Con estas medidas preventivas, se puede reducir el riesgo de contraer esta enfermedad durante el embarazo y proteger la salud del bebé